Paseo perros ::::
Nunca he tenido perro, pero si he conocido sus bondades y locuras...ansiosos, pacíficos, pasotas, agresivos, amistosos, pesados, cariñosos, locos, golosos, olorosos, infantiles...pero en definitiva, y ante todo, fieles.
Tener un perro es un trabajo duro, sí, pero no supone sólo su mantenimiento, es necesario comprender que compartir sentimientos con otro ser vivo que se desvive por alcanzar nuestro cariño es algo que habitualmente no apreciamos...Los perros necesitan mimos, cuidados...
Su diferente ritmo biológico más acelerado hace que vivan menos que nosotros, algo que realmente no creo que sea asumido en el momento de su adquisición...y como tales pasajeros temporales de nuestro viaje, se han convertido más que en un ser vivo, en un objeto, un lujo, pero que, al contrario que un coche nuevo, un sofá de cuero o una televisión de plasma, esta mercancía respira, siente y vive...Tenemos que sacarlos a la calle para que no nos llenen la casa de excrementos y orines, otro problema añadido a su posesión...
Pero también creo que funcionan como una herramienta de relación social, los llevamos a parques, a los descampados, donde coincidimos con el amigo, con el vecino, o trabamos nuevas relaciones y amistades pasajeras coindicionadas por la coincidencia horaria y repetida del paseo...Y yo me pregunto quién pasea a quién....De nuevo rutina, señoras y señores, la repetición domina nuestra vida...
Siempre he considerado cruel el uso de la correa, injustificado ante la libertad que debe tener todo ser...para mi supone un yugo más, un reflejo de nuestra propia esclavitud del capital y de la sociedad capitularmente correcta, es una herramienta del subcontrol, que probablemente nos distraiga del mismo control que nos envuelve a nosotros, de nuestra falsa libertad....nosotros, encerrados en nuestras colmenas...ellos, conviven con nosotros en una muerte lenta, inconscientes de su condición de pasatiempo, de capricho, y nos acompañan en nuestro errante paso con un fervor incondicional...
Tener un perro es un trabajo duro, sí, pero no supone sólo su mantenimiento, es necesario comprender que compartir sentimientos con otro ser vivo que se desvive por alcanzar nuestro cariño es algo que habitualmente no apreciamos...Los perros necesitan mimos, cuidados...
Su diferente ritmo biológico más acelerado hace que vivan menos que nosotros, algo que realmente no creo que sea asumido en el momento de su adquisición...y como tales pasajeros temporales de nuestro viaje, se han convertido más que en un ser vivo, en un objeto, un lujo, pero que, al contrario que un coche nuevo, un sofá de cuero o una televisión de plasma, esta mercancía respira, siente y vive...Tenemos que sacarlos a la calle para que no nos llenen la casa de excrementos y orines, otro problema añadido a su posesión...
Pero también creo que funcionan como una herramienta de relación social, los llevamos a parques, a los descampados, donde coincidimos con el amigo, con el vecino, o trabamos nuevas relaciones y amistades pasajeras coindicionadas por la coincidencia horaria y repetida del paseo...Y yo me pregunto quién pasea a quién....De nuevo rutina, señoras y señores, la repetición domina nuestra vida...
Siempre he considerado cruel el uso de la correa, injustificado ante la libertad que debe tener todo ser...para mi supone un yugo más, un reflejo de nuestra propia esclavitud del capital y de la sociedad capitularmente correcta, es una herramienta del subcontrol, que probablemente nos distraiga del mismo control que nos envuelve a nosotros, de nuestra falsa libertad....nosotros, encerrados en nuestras colmenas...ellos, conviven con nosotros en una muerte lenta, inconscientes de su condición de pasatiempo, de capricho, y nos acompañan en nuestro errante paso con un fervor incondicional...
En este link se puede ver la serie de fotografías que inicié en el verano de 2005...